martes, 2 de agosto de 2011

Un reflejo en el espejo

Me miro al espejo y no veo nada. Mi rostro aparece triste, lejano, en un mundo a parte. Sólo espero verla tras de mi, ver su rostro sonriente, pero no está. Mi esperanza se vuelve locura, sólo logro divisar un atisbo de su cara, en la inmensidad del espacio, ajena a lo que sucede aquí. Sus ojos me miran con incredulidad, intenta comunicarse pero no hay resultado, no lo consigue. Eso es suficiente para entender que todo va bien.

De repente, una luz se vislumbra tras el espejo y la oscuridad se apodera de él. Ya sólo veo mi rostro intentando no dejarla escapar, no quiero olvidar ese rostro tan añorado y que sólo aparece en el espejo cada luna llena. Dudo sobre estas visiones que tengo, no sé si son reales o son mis anhelos de verla de nuevo.

Cierro los ojos. La recuerdo siempre alegre, optimista y divertida. Muestras de cariño en cada paso que daba, amiga de sus amigos, nunca tenía queja de nada. Éramos tan iguales y tan diferentes a la vez...da igual lo que los demás piensen, para mi los lazos de sangre nunca importaron, hay mucho más por encima de eso, líneas invisibles que unen a las personas "sinrazón".

Miro de nuevo en el espejo intentando encontrarla y visualizo el reflejo de su rostro sereno pero cansado de esperar justicia. Luchadora y valiente, dispuesta a todo por la libertad ansiada que busca y no encuentra. Aprisionada en un lugar que un día conoció, se siente derrotada pero valiente para seguir la lucha. Su espíritu se vuelve fuerte cada día que pasa y tiene sed de justicia, de libertad, por la que siempre ha luchado. Y sé que la conseguirá porque el final de este mal sueño está por llegar. Un halo de luz recorre mis sentidos, me erizo...

Cierro los ojos. Me quedo frente al espejo y veo que sólo ha sido un espejismo. Mi rostro cansado de esperar se aleja en la penumbra de una habitación vacía pero llena de recuerdos suyos; dejo atrás el espejo que me prometió su regreso...un regreso que pronto llegará.

lunes, 1 de agosto de 2011

Redes Sociales y Nuevas Tecnologías

Soy de las que primero se niegan a avanzar con los cambios, de las que después les cuesta dejar lo tradicional para dar paso a lo novedoso, y, reconozco que al final, soy de las que terminan convenciéndose de las ventajas de las innovaciones. Y es que aunque mi adolescencia se desarrolló con un gran espíritu emprendedor de conocer el Internet del año 2.000, a día de hoy, todavía me queda mucho por conocer de la Era de las Nuevas Tecnologías, sin ninguna duda. 

Pero me niego a cambiar porque lo que tenga quede obsoleto, no. Cambio porque las nuevas generaciones vienen pidiendo paso a marchas forzadas y siento que si no le doy la oportunidad a las nuevas tecnologías nunca recuperaré ese espíritu emprendedor que un día tuve y ese afán por conocer atravesando las fronteras invisibles de la Red. 

Las redes sociales se han impuesto, no hay más que verlo, en informativos, en anuncios televisivos se hace gala de que la presencia en ellas es esencial para mantenerse en el mercado, para ser de lo que todos hablan y comentan... Hay una interactividad de medios de comunicación y público como nunca antes había existido. Jamás imaginé que el feed-back, palabra que he escuchado reiteradas veces durante la carrera, sería hoy la clave de la comunicación actual en Internet. Cada vez navegamos en un mundo más instantáneo, más actualizado según van pasando los minutos, y, más tecnológico, cómo no. Pero cómo imaginar el futuro si el presente cambia día tras día hacia un lugar dónde lo tecnológico, lo actualizado y lo instantáneo va cobrando más fuerza y va teniendo como consecuencia, más usuarios, más descargas, ¡más...esa es la clave! 



Y es que los programas de televisión, de radio, los artistas favoritos, los centros comerciales, las tiendas ¡y hasta el vino Don Simón! aparecen en las redes sociales. Increíble. ¿Qué más podemos esperar? La cuestión es abrirse a los nuevos tiempos o morir en el intento... 

Por eso, empezaré por desechar mi viejo Sony Ericsson de botones con cámara de 2 píxeles y apostaré por uno completamente tecnológico que lleve hasta Internet, para usar todas las aplicaciones habidas y por haber. He enterrado esa vieja idea que tenía del uso del teléfono móvil de hablar horas y horas y enviar mensajes; ahora, ha renacido en mi el verdadero sentido de la comunicación a través del móvil, que integra la palabra escrita, voz, Internet, vídeos, música, descarga y visualización de contenidos en directo y a la carta: dónde quiera en el momento que quiera. ¿Por qué no?