Sí, como lo oyen. En España, uno de cada cuatro niños (un 24,1%) está en riesgo de pobreza relativa. Esto significa que casi dos millones viven en hogares con unos ingresos inferiores al 60% de la mediana nacional, que se estima entre 14.300 y 16.680 euros al año. Según los datos que se desprenden del primer informe de Unicef sobre la situación de la infancia, este país está a la cola de los 27 de la Unión Europea, y por delante de Rumanía, Bulgaria y Letonia, como ayer publicaba El País.
Pero debemos tener claro que "ser un niño pobre en España no significa necesariamente pasar hambre, pero sí tener muchas más posibilidades de estar desnutrido", explicaba la responsable de sensibilización y políticas de infancia de Unicef, Marta Arias. Un niño necesita y tiene derecho a una vivienda digna como recoge la Constitución, pero en este informe se ve que muchos de estos niños no la tienen, si no que habitan en una vivienda hacinada en la que no existan espacios adecuados para el estudio, y en la que el frío puede deteriorar su salud", añadía la responsable de la entidad.
Estas son situaciones que se viven a dirario en muchas más familias españolas de las que podemos llegar a pensar. La crisis, cómo no, está agravando de manera forzosa esta lacra social que debemos cortar de forma tajante con politicas sociales dedicadas a los menores. Unicef critica que España ocupa el último lugar de la UE en el gasto público en familia e infancia, con un 0, 7% del PIB, por debajo de la media europea, un 2,3%. Casi el mismo porcentaje que España dedica al ODM contra la pobreza en otros países.
Según el informe, la pobreza infantil se concentra sobre todo en hogares con familias numerosas, en las que el 44,4% de los menores están en riesgo; o monoparentales (el 38,6%).
Pero, ¿qué hay de los inmigrantes que no tienen un lugar digno en el que habitar? Ahí el problema es mayor para esos niños nacidos en nuestro país y que no tienen bien cubiertas las necesidades básicas para su completo desarrollo. El índice de pobreza en los hogares con niños nacidos en España es del 21,2%, mientras que este dato aumenta al 52% en el caso de los niños nacidos fuera de la UE. Son datos, pues, más que alarmantes.
El informe, elaborado a raíz de las observaciones realizadas por el Comité de Derechos del Niño tras analizar la situación en España, reclama, además, otras medidas "fundamentales" como la de doblar la inversión en políticas sociales de infancia y crear un Consejo de Medios Audiovisuales de ámbito estatal con funciones de supervisión de la protección a la infancia.
Esto es más que suficiente para reflexionar sobre qué podemos hacer por estos niños que ante todo necesitan cubrir sus necesidades elementales y tener una vivienda digna como recoge la ley. Desde el Gobierno se debería tomar parte cuanto antes para ayudar a estas familias que si estaban en una mala situación, con la crisis se ha terminado por empeorar mucho más. Sin recursos, estas familias no pueden hacer más por sus hijos. Aquí es dónde radica la importancia de las políticas sociales, en este caso, en ayuda a los menores que están en riesgo de verses sumidos en la más absoluta pobreza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario