Era un partido amistoso, disputado para inaugurar una cancha de césped sintético. Por un lado, un equipo en el que jugaba el Presidente de Bolivia, Evo Morales. Frente a ellos, el equipo rival capitaneado por el opositor político, Daniel Cartagena. Y las rivalidades políticas parece que finalmente se llevaron al terreno de juego. El Presidente de Venezuela fue lesionado por una entrada fuerte de su rival. Y no se lo tomó nada bien. Evo Morales reaccionó de mala forma, ya que propinó seguidamente al jugador un fuerte rodillazo en la entrepierna. La secuencia completa fue captada por las cámaras. El partido era supuestamente amistoso entre el equipo de Morales y el del alcalde de La Paz pero acabó por ser una absoluta lucha de “gladiadores”. Si esa es la forma de apelar a la deportividad por parte de las autoridades públicas de ese país, apaga y vámonos. No se puede ser un alto cargo de un país y dar esa imagen y ejemplo de mala deportividad. Aunque más tarde el presidente venezolano realizó una aparición pública y pidió perdón de forma pública. Ahora, nadie sabe el porqué de que el árbitro no pitara nada contra Evo. Al contrario, se sancionó al jugador rival como premio por agredirle. Daniel Cartagena se llevó la tarjeta roja como "victoria". Qué triste actuación.
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