miércoles, 13 de octubre de 2010

La odisea minera de Chile está por terminar

La mina de Chile que atrapó a 33 mineros trabajadores ya había tenido problemas con otro derrumbe anterior. Los datos ahora afloran a la superficie a la vez que se rescata a los atrapados en la mina del horror que ha mantenido en vilo a más de una treintena de familias chilenas.
El suceso tuvo lugar hace más de dos meses; el lugar, La Mina de San José, Chile. Miles de chilenos han hecho un seguimiento contínuo al suceso. Desde el derrumbe la esperanza no se ha perdido ni por un momento desde que los trabajadores dieran señales de vida. Una perforadora ha estado día y noche adentrándose en las entrañas de los cerca de ochocientos metros que separaban a los mineros de la superficie. La supervivencia ha sido toda una lucha a contrarreloj. Se logró suministrar de forma diaria comida y bebida para satisfacer las necesidades vitales. Incluso se comunicaban con el exterior a través de una cámara de vídeo. Un reality show en toda regla.


Pero no seamos vanales. Este suceso será recordado en la historia de Chile como uno de los grandes, ya que ha movido gran interés mediático y ciudadano a nivel internacional. Al lema de "Todos somos los mineros de Chile". Ahora, quizás lo que estos mineros deben pensar es en volver a su vida normal lo más rápido posible, aunque es irresistible para ellos pensar que ahora son los nuevos héroes de película que han destronado al mismísimo Batman. La fama es golosa.
Ahora, las vistas están puestas en seguir sacando de la mina a los trece mineros que quedan sepultados todavía con la esperanza de que el tiempo pasará lo más rápido para ellos. Las tareas de rescate se iniciaron al amanecer del día de ayer y los datos apuntan a que se saca un minero cada 40 minutos, según diarios de referencia como El País. Los medios de comunicación siguen en directo el rescate tan complejo que se está llevando a cabo. Muchos de ellos han optado por mandar enviados especiales para narrar in situ los detalles de la noticia del día.
La felicidad de los que salen de la trampa entronca con la angustia y las ganas de ver a los que esperan ansiosos el turno de la libertad bajo tierra. Con emoción se viven estos momentos que pronto darán a su fin exitosamente. Ojalá todos los sucesos tuvieran este asombroso desenlace...

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